jueves, 6 de marzo de 2014

Educación: Una Bolsa de Gatos



Javier Fuenzalida A., Profesor, Universidad Finis Terrae



La calle (subjetiva y pasional) y la académica (objetiva y fría) han convertido el debate sobre la educación en una bolsa de gatos. La calle no acepta las conclusiones de las investigaciones y la academia le niega competencia a la calle. Una revisión del abundante material generado por el debate, permite ordenar las ideas y evidencias.
1.- Nuestra educación, a todo nivel, es mala al compararla con la OECD (últimos lugares en la prueba TIMS y PISA) y ranking de universidades (la PUC es la única que figura entre las 300 mejores del mundo). 

2.- Dentro de esta mediocridad, la educación particular pagada, desde el kínder a la media, es de mejor calidad que la estatal juzgada por los resultados del Simce y PSU.

3.- La desigualdad, segregación y exclusión, se produce porque la educación estatal gratuita es peor que la privada subvencionada o pagada. A ello se suma la información que disponen los padres. Aceptable para los que se ubican en los estratos superiores de distribución del ingreso y precaria o nula entre los más pobres (falla del Estado). Entre estos últimos, la elección no es por calidad, sino por las cercanías de la escuela al hogar. 

4.- No hay evidencia que exista causalidad entre financiamiento compartido y segregación. Por otra parte, el Estado ha ignorado la importancia de la educación pre-básica, origen de la desigualdad a que se enfrentarán quienes no asistieron al jardín infantil y que arrastrarán durante todo el proceso educacional y su vida laboral (falla del Estado).

5.- El Mineduc, en forma ilegal, impone los programas y sus contenidos que absorben casi el 95% del tiempo lectivo frenando toda posibilidad de innovar. Todos, ricos y pobres, deben aprender los mismos malos contenidos (falla del Estado). 

6.- Los directores no poseen facultades para gestionar eficientemente sus escuelas y el colegio de profesores ejerce su poder monopólico mediante el estatuto que contempla la inamovilidad (falla del Estado).

7.- La prueba INICIA revela que los Pedagógicos no enseñan a enseñar ni tampoco imparten todos los conocimientos que los profesores deberán trasmitir. Las universidades, comenzando por la Universidad de Chile, permanecen inmutables ante esta evidencia.

8.- El lucro no es determinante de la calidad y no hay evidencia que el lucro genere segregación.

Estos son los hechos relevantes. El Estado cree que con más burocracia y costosas reparticiones públicas resolverá el problema. Si fuera un buen profesor, no habría diferencias entre el rendimiento de la educación estatal y la privada. Habría una segregación y desigualdad residual de responsabilidad de los padres. Si el Estado fuera inteligente, exigiría a sus universidades la reforma de los Pedagógicos, si fuera respetuoso de la democracia, los programas y sus contenidos serían mínimos y libres, como ordena la Constitución, y habría innovación. La educación sería de calidad, diversidad en los educandos, civilidad, comportamientos éticos y demás cualidades que definen al buen ciudadano.




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